Si ya has practicado alguna inmersión alguna vez en tu vida, sabrás que la luz en el mar es muy importante y, conforme va aumentando la profundidad mientras practicamos submarinismo, la luz va bajando de intensidad… lógicamente. Ahí es donde entra en juego un accesorio muy necesario: La linterna. Aunque pueda parecer que únicamente es necesaria en inmersiones profundas, es interesante usarla tanto en apnea, como en snorkel o incluso con botella.
Como decíamos, la luz del sol en el mar va bajando por efecto difusión y porque el mar la va absorbiendo conforme vamos descendiendo. Hay otro factor que afecta a la transparencia del agua y a que sean más o menos turbias, las costas con aportes fluviales de ríos que desembocan. Si, además, existen corrientes u oleaje que provocan que el sedimento del suelo marino esté en constante movimiento y se vea todo mucho más turbio.
Todos estos factores hacen que los maravillosos colores del mar se vayan perdiendo, sobretodo el rojo y el naranja. Como dato, a partir de los 8 metros de profundidad, el rojo ya no somos capaces de percibirlo así que, un pez que en la superficie veríamos de color rojo, a tanta profundidad no sabríamos de qué color es. Ahí entra en juego la linterna porque, alumbrándolo con esta, podremos volver a ver como se aviva el color y apreciaremos su color rojo.
De esa forma, vamos perdiendo colores conforme descendemos en nuestra inmersión hasta llegar a los 150 metros aproximadamente, momento en el cual la luz solar ya no es capaz de traspasar el color azul, que es el último color en desaparecer, y también acaba perdiéndose, quedando todo el lecho marino en una profunda oscuridad. Esto sería en condiciones normales, pero hay muchos otros lugares mucho menos profundos donde se llega a la oscuridad casi total como recovecos sombríos o grutas que, sin una iluminación adecuada para la zona, no seríamos capaces de percibir.
La próxima vez que vuelvas a practicar submarinismo, recuerda esta actividad: No te centres únicamente en los peces que ves a tu alrededor, elige una roca con una gruta o cavidad oscura y descubre todas las formas de vida que la habitan.